martes, 31 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (et XVIII)

Ningún apóstol se creyó nunca aquello de


Bienaventurados los últimos, porque ellos serán los primeros.


Ésta y otras razones llevaron a Z a abandonar definitivamente el catolicismo.

lunes, 30 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XVII)

Cuando X e Y ligaron, no imaginaron que mezclar sus genes se convertiría en la más placentera lección de bioquímica.

viernes, 27 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XVI)

W no podía culparle: siempre es cosa de dos. Pero si no se hubiera acostado con aquel hombre, no estaría ahora en aquella entrevista de trabajo con ese dolor que sólo provoca esa pastilla.

jueves, 26 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XV)

A V no le interesaba la ficción. "Lost es una basura, Los Soprano es un coñazo, Friends es mierda", decía. Sólo le gustó, hace años, una de extraterrestres. Los motivos son obvios.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XIV)

U tiene novia. Su relación tembló al olvidarse, dentro de aquella mujer, aquel trozo de caucho de 54 milímetros de ancho, más conocido en el mundo farmacéutico (y en otros) como preservativo.

martes, 24 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XIII)

Cuando le dijeron a T que su historia era la número 13, rápidamente se declaró culpable.

lunes, 23 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XII)

R fumaba tabaco de liar. Para él, cada minúsculo proceso que conlleva la fabricación de un cigarrillo (sacar el papel, extenderlo, hallar la zona adhesiva, extraer las hebras de Pueblo y colocar el tabaco de modo que forme una línea de 1 centímetro de grosor a lo largo de toda su extensión, girarlo dentro del papel con la presión digital exacta -exacta para darle consistencia y exacta para dejar pasar el aire que, poco más tarde, hará de combustible- situar el filtro sobre su ángulo derecho de visión, lamer la pegatina, pasear por la boca el regusto agridulce que deja la banda de cola y pellizcar la celulosa para darle un último giro a todo el cilindro, ahora sí, perfecto) constituía -como más de uno acaba de comprobar- una delicadísima labor de orfebrería. El día que se quedó sin papel, no tuvo más remedio que dejarlo... Ah. Su boda con S también tuvo algo que ver.

jueves, 19 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (XI)

A Q nunca le gustó su nombre; cambió de idea la noche que se atrevió con la quesadilla.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (X)


¿Tomas algo?


Tras sorprenderse a sí mismo diciendo en voz alta (y en aquella terraza) esa frase que sólo funciona en las películas, O nunca imaginó que P respondiera

Sí.

Aun menos se imaginó que esa frase sería la primera línea de un guión que O y P necesitaban. Una película de 8 ocho horas con planteamiento, nudo y magnífico final.

martes, 17 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (IX)

Sólo le quedaban 12 vidas. 13 si contaba a Ñ.

lunes, 16 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (VIII)

N acaba de cumplir 67 años. Hoy calcula cuántos le quedan para decirse a sí mismo, de una puta vez (en 67 años), que esa vida enterrada en el hospital había merecido la pena.

viernes, 13 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (VII)

El número favorito de L es el 7. El número favorito de M, el 17. Cuando L y M se vieron las caras por primera vez, leyeron, en letra Courier, cuerpo 12, doble interlineado y tres tabulaciones, que su amistad ya era indestructible.

jueves, 12 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (VI)

J y K son pareja. Comen juntos, beben juntos, duermen juntos. Por eso, cuando K le dijo a J, entre caricias, Habrá gente mucho mejor que yo, pero ninguno que te quiera tanto, J y K se percataron, en silencio, de que J iba a regalar a K (3 meses, 4 días y 17 minutos después) unos daños sin medida.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (V)

I y esa ciudad estaban unidos desde siempre. I lo intuía. La ciudad, más sabia y con más historia que el, hasta conocía los porqués. Pero I sólo lo confirmó al despertar los ojos esa mañana... Y ver que Madrid había amanecido tan nublada como su propio pensamiento.

martes, 10 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (IV)

Hacía meses que F no se juntaba con G. Y años desde que H no se veía con F y G en el barrio favorito. Tenía sentido pues que G, H y F acabaran borrachos hasta bien entrado el amanecer. Y bailando un vals flamenco perfecto. Lo que no tuvo sentido fue cuando F le dijo a H: "Prefiero bailar con G, que tú no tienes ni idea de cómo se baila un vals". Mucho menos sentido tuvo la réplica de H: "Qué esperabas. Llevo 200 años sin practicarlo".

lunes, 9 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (III)

Cuando D y E cruzaron sus miradas y sonrisas en aquella terraza, fue por casualidad. La misma casualidad que provocó que, cuatro segundos antes, un niño cruzara entre las mesas del bar con su motocicleta de plástico a la velocidad de un espermatozoide desesperado, despertando en ellos una risa casi perdida. La misma casualidad que hizo que bebieran lo mismo y se fumaran un cigarro al mismo tiempo. La misma casualidad que originó que, cuando D sacara su ordenador para escribir este relato, E dejara aquel lugar (y de buscarle) para siempre.

sábado, 7 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (II)

La voz del narrador del documental sobre ácaros que aquella tarde emitía La 2 entró en su cabeza como un susurro.

...construir y trabajar sin descanso es la única manera de evitar que entre el enemigo...

Y C se puso a escribir. Y decidió que no dejaría de hacerlo hasta hacer las paces con todo su pasado.

viernes, 6 de agosto de 2010

Microcuentos desde agosto (I)

- Hey... ¿no te molesta todo ese humo alrededor de la cara?, preguntó A.
- Qué va, no te preocupes. Con estas gafas de sol no veo completamente nada, dijo B, mientras conducía a 157,6 kilómetros por hora.